
Hemos aprendido a conducir coches con cajas de cambio manuales, pero cada vez son más comunes las cajas automáticas, que hacen la conducción mucho más cómoda, sobre todo en entornos urbanos.
Todos los coches tienen una caja de cambios, salvo los coches eléctricos. Desde Turismos La Raza, Volvo en Sevilla queremos contarte todos los detalles de este elemento esencial en tu coche. Una caja de cambios es un sistema mecánico que forma parte de la transmisión que se encarga de transmitir el par motor a las ruedas motrices de un vehículo de manera correcta. Esta puntualización es importante, ya que podríamos pensar que un coche sin caja de cambios también podría moverse al transmitir la fuerza del motor a las ruedas, sin más. La cuestión es que un motor de combustión trabaja en regímenes de revoluciones muy limitados.
Si un coche no tiene caja cambios podría moverse tan solo por terreno llano, con dificultad. Frente a una pendiente, la resistencia al desplazamiento aumenta y el motor no va a tener la fuerza suficiente como para mantener la velocidad de giro sobre el cigüeñal. Por eso, llegará un momento en el que el coche se detendrá.
Función de la caja de cambios
La función de la caja de cambios es, precisamente, conseguir una misma velocidad de giro del motor se traduzca en diferentes velocidades de giro en las ruedas motrices. Además, gracias al punto muerto, podemos arrancar nuestro Volvo sin que comience a rodar sin más.
Tipos de caja de cambios
Caja de cambios manual. Son las más habituales hoy, salvo en los coches híbridos (y, evidentemente, en los eléctricos), que son todos automáticos. Lo más común es la caja de cambios de engranaje constante, que dispone de tres ejes: el de entrada, el intermedio y el eje principal.
Caja de cambios pilotada o robotizada. Se trata de un tipo especial de caja de cambios manual que no necesitan de la actuación del conductor a la hora de cambiar de marcha. Al ser un tipo de “caja manual”, el conductor puede seleccionar la marcha deseada mediante levas de cambio en el volante, o con la propia palanca. El uso normal de este tipo de caja, no obstante, es el “automático”: el conductor solo ha de preocuparse de acelerar y frenar. No existe pedal de embrague y la caja robotizada elegirá la marcha más adecuada en función de las circunstancias. Es más asequible que las demás cajas automáticas.
Caja de cambios automática con convertidor par. Es un sistema en el que la unión entre mecánica y transmisión se realiza de manera hidráulica. En esta caja, el disco de embrague se sustituye por el convertidor de par, que provoca que los cambios de velocidad sean mucho más suaves. En la actualidad, ofrecen una eficacia similar a los cambios de doble embrague y es un tipo de caja de cambios que tiene mucho futuro en la industria.
Caja de cambios con variación continua. Es propia de los ciclomotores, pero en el caso de los coches son muy pocos los que montan una caja CVT. El cambio CVT se conoce también como “transmisión continuamente variable”, o “de variador continuo”. En una transmisión continuamente variable no hay diferentes ruedas dentadas ni se cambia de una rueda dentada a otra para cambiar la relación de cambio, sino que esta se consigue a través de un juego de poleas que varían de manera dinámica.
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