Conducir con niebla es incómodo y tiene ciertas peculiaridades que debemos tener en cuenta.

Entre los fenómenos meteorológicos más destacados a tener en cuenta a la hora de conducir la niebla es uno de los más peligrosos. En los meses de invierno se forman nubes bajas, normalmente producidas por la evaporación de la humedad en el suelo y que dificultan enormemente la visibilidad, dependiendo de lo espesa que se presente.
Es por este motivo que el intentar ganar visibilidad en circunstancias de niebla en la carretera es nuestro principal objetivo ante esta situación.
Cómo conducir con niebla
Los riesgos de conducir con niebla son bien conocidos: al tener poca visibilidad, podemos encontrarnos con obstáculos imprevistos en la carretera, o bien perder la referencia de las marcas viales y cambiarnos de carril, o salirnos de la calzada en una curva lenta. También podemos convertirnos en un obstáculo para los demás conductores.
La clave de todo es poder ver y ser vistos
La limpieza exhaustiva de todo los elementos que intervengan en nuestra visibilidad es esencial, desde el parabrisas y la luna trasera, pasando por las ventanillas y todo el sistema de alumbrado. Además, debemos saber cómo utilizar las luces antiniebla con seguridad y atendiendo a la normativa.
En condiciones de niebla ligera, utilizaremos las luces de posición y de cruce
Solo en el caso en que la visibilidad sea casi nula recurriremos a las luces antiniebla. Siempre y de forma obligatoria las situadas en la parte trasera del coche y en caso de tenerlas instaladas también activaremos las delanteras cuando la visión sea de muy mala calidad causada por por niebla densa, lluvia intensa o granizo severo.
En condiciones de niebla no se recomienda utilizar las luces largas. La razón es que el haz de luz se reflejará en la niebla y tendremos peor visibilidad.
A la hora de pisar el freno es recomendable hacerlo de forma suave y si es posible con pisadas intermitentes al pedal, para que los conductores que nos sigan nos vean mejor.
Tanto la velocidad como la distancia de seguridad deben ser reguladas en condiciones de niebla. Para ello existe la denominada regla de las 3V: visibilidad, velocidad y (distancia con el) vehículo delantero. Así lo recomendable es que si alcanzamos a ver unos 100 metros nuestra velocidad no supere los 100 kilómetros por hora y nos separemos del coche que nos precede unos 100 metros.
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