
En Turismos La Raza, concesionario Volvo en Sevilla somos conscientes de la complejidad que supone conducir en carreteras y ciudades en las que los vehículos guiados por otras personas no se comportan todos por igual, de forma predecible.
Muchos expertos investigan sobre ello ya que supone un problema tanto para los nuevos conductores como para los sistemas de asistencia a la conducción.
Por ello, el laboratorio de Inteligencia Artificial del M.I.T. (Instituto de Tecnología de Massachusetts, EEUU) que ha tenido la idea de añadir herramientas de análisis psicológico en los sistemas de control de los vehículos para mejorar su efectividad.
Esta idea comienza con una clasificación de los conductores según su comportamiento. Es aquello que nos permite, cuando vamos al volante, calificar al vehículo de la izquierda como “agresivo”, al gris como “tranquilo” o al de la furgoneta como “novato”. Los algoritmos del MIT utilizan conceptos directamente extraídos de la teoría matemática de juegos, principalmente el “egoísmo” (comportamiento egoísta) o el “altruismo” (comportamiento prosocial), modelados matemáticamente con valores graduales.
Clasificar a los conductores en función de comportamientos como la incorporación a las autopistas
Internamente estos algoritmos utilizan conceptos humanos en cuadrantes que equivaldrían a lo que nosotros definiríamos como “altruista”, “mártir”, “masoquista”, “sádico”, “competitivo”, “egoísta” o “prosocial”. Externamente, a cada conductor se le asigna un valor de su «orientación de valores sociales» (SVO). La forma de clasificar a los conductores y obtener el SVO de cada uno es tan simple como observar su comportamiento en el tráfico real: en la forma de incorporarse a las autopistas, de facilitar dichas incorporaciones a otros, al permitir girar en cruces de forma amable (o no), etcétera.
Las investigaciones se han centrado en primer lugar en las incorporaciones y cruces, donde, según los investigadores, gracias a estos algoritmos se ha mejorado un 25% las predicciones habituales. Es decir, los algoritmos permiten «adivinar» que tipo de conducción mostrará un vehículo en los momentos críticos, algo así como lo que hacemos mentalmente al sopesar al resto de conductores por su comportamiento a través de los retrovisores o al ver sus movimientos, los cambios de carril, las distancias de seguridad que guardan, etcétera.
Desde Turismos La Raza, concesionario Volvo en Sevilla, creemos que esto podría tener al menos dos aplicaciones en el futuro. La primera, servir como sistema de asistencia y aviso para los vehículos conducidos por personas, alertando sobre qué tipo de comportamiento (agresivo, tranquilo…) se puede esperar de un coche que, por ejemplo, venga por detrás o entre en un punto ciego lateral. La segunda aplicación serían los vehículos del futuro, que podrían –incorporando estas ideas– comportarse de forma visible y con la sutileza de sus movimientos como vehículos más altruistas y de comportamiento amable y prosocial.
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